Actividad 16: discapacidades. La distimia, una enfermedad invisible en las aulas.

Como futuro docente considero fundamental estar actualizado de la diversidad funcional de estudiantes que puedan tener algún tipo de limitación a la hora de llevar a cabo actividades de forma ''normal'' que se manden de forma diaria en el centro educativo. Es muy importante desarrollar habilidades y actitudes como la empatía, solidaridad, paciencia y un grado de atención mucho más personalizada que con cualquier otro alumno.




La discapacidad que he elegido para darle a conocer es la depresión crónica o distimia por diversas razones como son: 

1) Es una neuropatología que me toca de cerca, tengo dos familiares afectados diagnosticados desde los 15 y 20 años (en el caso de mi familia es genético) y que, considero que muchas veces, la sociedad concibe a las enfermedades mentales como 'menos importantes 'que las físicas simplemente porque no se ven y no son a priori tan estigmatizantes. 

2) Es una enfermedad que según la organización mundial de la salud (OMS) afecta a más de 300 millones de personas siendo un 5'6 % mujeres y un 3'1 % hombres 😟, por lo que, existe una cierta diferencia según el componente de género siendo una de las más comunes en las sociedades desarrolladas tanto occidentales como orientales.  

3) Su patología clínica es de muy difícil detección en nuestro caso, si tenemos un estudiante que la esté sufriendo, lo que la hace más complicada diagnosticarla, siendo necesario más investigación y formación por parte del profesorado al respecto. 

4) El gran trasfondo que existe en el contexto informal de estas personas principalmente a nivel de limitaciones diarias. 

¿Qué cambios físicos lleva asociados? Existen diferentes grados de depresión, es decir, hay personas con unos síntomas y conductas bastantes patentes y características, mientras que otros son muy leves y casi imperceptibles. Si es cierto, que existen cambios físicos tanto en el aspecto de la persona como pueden ser delgadez, apatía, hiporreflexia o fatiga permanente, como en las estructuras cerebrales que implican los procesos de memoria a corto y largo plazo como el hipocampo o el lóbulo temporal de la corteza cerebral. Otro factor importante implicado son los niveles hormonales existentes en nuestro cuerpo, ya que las hormonas tiroideas, la hormona del estrés (cortisol) o diferente cantidades neurotransmisores como la adrenalina o la serotonina tienen una relación directa con la aparición de síntomas.

¿Es la depresión heredable de padres a hijos? 😲 La respuesta no está del todo clara. Sí que se han visto diferentes factores tanto genéticos como ambientales que interaccionan entre sí y eso ocasiona la aparición de la enfermedad, es lo que llamamos regulación epigenética,  y sí que es cierto que las personas con familiares depresivos tienen más probabilidad de padecer la enfermedad. Aquí se habla del término de 'heredabilidad' que explica la predisposición de las personas a sufrir una patología según factores exclusivamente genéticos, es decir, según los cambios o mutaciones que haya sufrido ciertos genes que pudieran tener relevancia en la enfermedad. En el caso de las patologías mentales como la depresión el porcentaje de heredabilidad es del 40 %, con lo cual, las causas genéticas de la misma juegan un papel digamos, que relevante. 

¿Cuáles son los genes de la depresión? Las investigaciones llevadas a cabo explican que hay una relación en el déficit funcional de algunos genes relacionados como SIRT1, LHPP O 5HTT,  con la acción de neutrotransmisores como la serotonina, dopamina o adrenalina entre otros y sus receptores en la membrana neuronal. 

¿Cómo afecta esta patología en el desarrollo de actividades? Un alumno no diagnosticado con depresión es todo un reto, ya que es muy difícil interpretar la clínica asociada sino disponemos como profesores de formación específica o si no somos muy observadores. En el contexto formal, podemos observar actitudes como apatía, poca participación en clase y no asistencia a las mismas, falta de concentración, autoverbalizaciones negativas, pocas habilidades participativas y conductas anómalas para una persona de su edad. Pueden tener dificultades a la hora de realizar actividades de tipo intelectual que requiera un grado alto de concentración, observación o razonamiento espacial.  En su casa, pueden tener dificultades a la hora de socializar con sus familiares, aislamiento o la falta de apetito.  En el caso de individuos diagnosticados y con régimen farmacológico rutinario se observan cambios físicos como aumento de peso, dificultad en el movimiento, retención de líquidos y cambios de conductas inesperadas, todo ellos asociados a la medicación.

En el caso de individuos adultos tienen una gran cantidad de obstáculos y limitaciones para desarrollar una plena y feliz. Algunas situaciones que conozco de cerca y que he experimentado muchas veces son las siguientes:

1.  Desconocer la razón por la se te genera una crisis depresiva que puede durar desde unas semanas hasta unos cuantos meses. En esos momentos estás en estado vegetal y no pueden ni siquiera realizar actividades como conducir, salir a comprar o incluso enviar un correo electrónico.

2. Las redundantes preguntas como ¿Por qué no puedo tener una vida normal, sin limitaciones? ¿Por qué no puedo saber cuando me va a dar una crisis depresiva? ¿Por qué no puedo gestionarlas adecuadamente?

3. A nivel laboral, muchas empresas rechazan a personas que padecen patologías de esta naturaleza debido a que basándose en términos de productividad, cooperatividad, integración con los compañeros o estabilidad anímica no son rentables. 

Medidas propuestas para facilitar la integración de estos individuos: Dentro del contexto del centro educativo,  propondría una serie de medidas para que tanto la identificación como la adaptación de la estrategia docente a las limitaciones y oportunidades que ofrece esta enfermedad.

1. Fomentar la formación de docentes en materia de atención a la diversidad no sólo en cuestiones de patologías físicas sino especialmente psíquicas cuya clínica es menos evidente.

2. Potenciar las actividades cooperativas e inclusivas dentro del aula, ayudando así a disuadir el sentimiento de aislamiento o apatía que experimentan estos individuos condicionados a su patología.

3. Ofrecer diferentes charlas a los estudiantes sobre la diversidad presente en muchos de sus compañeros, para que la normalicen, la asuman e interactúen con ella de manera natural.

4. Insistir a las familias en ser una pilar fundamental para aminorar muchos de los síntomas que sufren sus hijos por causas ambientales o sociales como son la ansiedad, instintos suicidas, expresión de conductas asociales, etc..

Aquí os les dejo un video de la asociación de universidades españolas,  explica las alteraciones a nivel estructural y cognitivo en las personas que sufren esta común e invisible patología. 👇

https://youtu.be/I_9df2Fh0rg

Y aquí les dejo otro vídeo introductorio sobre la depresión concretamente en adolescentes, sus síntomas, conductas, como conciben la enfermedad y cómo se pueden tratar estas conductas.

https://youtu.be/a9OwSyRDsbU

Comentarios

  1. ¡Muy, muy, muy interesante! Y qué acertado, habiendo sido octubre el mes de la salud mental.

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado mucho este post 👏🏻 es una enfermedad que sigue siendo bastante invisible y que aunque sea difícil de creer, afecta cada vez a más niños y adolescentes.

    ResponderEliminar
  3. Exactamente Cristina, necesitamos además como futuros profesores más formación para poder identificarla antes.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Actividad 1. Pero, ¿y usted quién es? 🤷‍♂️

Entrada libre: Oye, que vamos a resucitar mamuts del ártico. ¿Guay no? 🐘 👨🏼‍🔬

Actividad 15. Comunidades de aprendizaje, la forma inclusiva de educar.