Actividad 14. Y tú ¿serías un buen coach? 😮

 En éstos últimos años están de moda o dicho de otra manera, se les ha dado más visibilidad a ciertas profesiones como el coaching cuyo objetivo trata de motivar, ofrecer herramientas y crear condiciones propicias para potenciar la inteligencia emocional, la autoconsciencia, la gestión de las emociones, del tiempo y el propio empoderamiento de la persona. Sin embargo, presenta un handicap importante y es el elevado intrusismo laboral que existe, ya que, aparentemente cualquiera puede ser coach oficialmente.

Como futuro profesor, al igual que creo que la mayoría de mis compañeros/as, considero la motivación, la predisposición y la colaboración como pilares fundamentales para ofrecer una enseñanza de calidad, independientemente de los recursos económicos que tengamos. Si no hay ganas, no hay nada. Y evidentemente, existe un déficit motivacional generalizado que afecta a prácticamente todos los estudiantes y que por desgracia, inciden de forma directa en el rendimiento académico. Ojalá hubiera una pastilla para mantener los niveles de motivación altos en sangre. Por lo que, es necesario la importancia no sólo de coachers, sino de buenos orientadores, tutores, profesores o asesores y desde el punto de vista más informal a los influencers que tienen mucho poder para cambiar las cosas desde su contexto. 

                                          

A continuación voy a hacer una breve distinción entre todas ellas:

Vamos a empezar por coachers. Aunque lo he descrito anteriormente, un coach es una persona que está a tu mismo nivel, tiene que ser cercana, generar en ti esa motivación dormida, ayudarte a conocerte y a aprender a gestionar tus capacidades para canalizarlas entorno a objetivos personales y profesionales.  Yo lo concibo como una especie de entrenador, en el sentido, de que aunque no te da instrucciones claras o concretas, te ayuda a mantener y trabajar aspectos como la gestión emocional o la autoconsciencia. Como dijo mi compañero Jon en su reveladora charla, un coach ''se centra en las soluciones no en el problema''.

En cambio un orientador, ejerce su acción dentro de un entorno formal, esto es, el centro docente tras esas puertas deja de serlo, es una figura institucional. Su acción es fundamentalmente ofrecerte un abánico de posibilidades de amplitud variable para escoger el camino laboral que mas se adecúe a tus habilidades, actitudes, aptitudes y expectativas. Y su figura es tremendamente importante, ya que puede darnos esa luz académica que nos falta cuando estamos perdidos o no sabemos que camino escoger. En mi caso, nunca acudí a ninguno, y hoy en día me arrepiento.

En cuanto al tutor, considero que su acción es fundamental de cara al trabajo  ''in situ'' de actividades diarias que llevan a cabo los estudiantes, de hacerle un seguimiento, una evaluación e informarle de como va su recorrido a la largo del curso académico. Al final, tiene cierto componente orientador, pero no se centra en su futuro laboral, sino en lo que hace exclusivamente en clase. Además, es una figura  motivacional importante y directa, ya que al estar durante todo el curso en contacto con el estudiante puede estimularlo y ayudarlo a mejorar sus metas académicas.

El asesor tiene una similaridad a la de orientador dentro del contexto educativo, pero fuera de él considero que su función está encaminada a informar y poner en contexto real una determinada situación en la que no nos sabemos desenvolver o tenemos dudas importantes, para conseguir algo material. Es decir, veo su figura encaminada a conseguir algo material, como si trabajara para un cliente. 

El influencer, es una figura que más que asesorar, ayudar o crear un ambiente propicio para poder desarrollar estrategias de autoconocimiento y gestión emocional, simplemente actúa como una figura dirigente que pone de moda algo material y que por tanto, puede introducir cambios de manera importante dentro de una gran masa de gente, lo cual, puede interpretarse como un arma de doble filo.  Es decir, para mí el influencer dirige e incluso, diría que indirectamente, impone su pensamiento, opinión o estilo personal. En ningún caso asesora o ejerce de coach. 

Añadiría como imprescindible la figura profesional de psicólogo, no sólo en adolescentes sino en individuos de cualquier edad, ya que tendemos desgraciadamente infravalorar la salud mental cuando está estadísticamente demostrado que acudir a profesionales sanitarios mejora nuestra calidad de vida y bienestar. La constitución de la sociedad actual hace que ésta sea hostil, cruel e injusta y existe una gran cantidad de factores que habitan fundamentalmente en el mundo desarrollado que nos generan una serie de problemas de índole psicológica como trastornos alimenticios, depresión, ansiedad y pueden tener consecuencias físicas fatales como secuelas irreversibles o incluso, en casos más extremos el suicidio. 

Mi itinerario formativo se centra en un adolescente de 16 años responsable, trabajador y comprometido pero muy indeciso respecto a su futuro laboral y con ciertos complejos físicos que fomentan esa incertidumbre. Su formación se centra en un entorno formal e informal. Esta programación seguiría el orden expuesto y constaría  tres profesionales de los arriba mencionados. 

1. El orientador le dará las pautas y le proporcionara un contexto real de la formación más adecuada respecto a sus aptitudes y habilidades para desempeñar una buena profesión en el futuro. 

2. Alternativamente le sugeriría que acudiera al psicólogo, para que le diera ciertos tips sobre autoconocimiento, gestión emocional y motivación permitiéndole ser consciente de sus capacidades, limitaciones, factores de su contexto que puedan suponerle una amenaza y las oportunidades de éxito que es capaz de conseguir. 

3. Y finalmente, le recomendaría ir a un coacher, ya que la visión de cercanía y confianza que puede transmitirle, le ayudará a conocerse mucho mejor en un ambiente menos formal y más relajado.